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domingo, 9 de octubre de 2016

Danubio sacó alas sobre el final

Danubio sigue líder tras vencer a Peñarol por 3-2 en Jardines del Hipódromo con golazo en la hora del Pájaro Joaquín Ardaiz. El entrenador pudo suplir un montón de bajas y volvió a demostrar que tiene de hijos a los grandes.




91' minutos de juego y le quedó la primera clara al juvenil Ardaiz. Él la hizo clara. Recibió atrás de la mitad de la cancha. Pero precisaba solo darse vuelta. Un mínimo amague dejó a su marcador totalmente perdido. Cuando giró se escuchó en cada boca franjeada: "¡No pares más!" Como contra Rampla en el Nasazzi, como con Sud América en San José. Una vez que encara con pelota dominada no para más.

Fue el 3-2 que le permitió a Danubio seguir como líder, a Leo Ramos afianzar su condición de padre de los grandes y a un grupo consolidarse ante las adversidades. Es que en la semana perdió a tres titulares: Lucas Olaza, Giovanni Zarfino y Damián Malrechauffe. Además hubo otros varios que no llegaron en las mejores condiciones.

No fue todo un ballet ni mucho menos. Peñarol exigió a fondo y jugó su mejor partido en ataque en lo que va del campeonato. Junior Arias se destapó con dos goles. El primero de penal, bien cobrado en el arranque del juego. Enseguida empató el argentino Rocaniere que demostró que puede dar tremenda mano en un plantel corto pero parejo. Con golpe de cabeza la puso contra el palo y Frascarelli ni se movió. Pero en la siguiente, otra vez Arias definió de primera por el centro del área para poner el 1-2.

El empate llegó también en el primer tiempo. Gracias a un derechazo made in Salto desde afuera del área. Jonathan Dos
Santos había quedado con gusto amargo a pesar de marcar un golazo (muy parecido a este) contra Racing ya que solo sirvió para descontar. Ahora sí se sacó las ganas de marcar un tanto que vale oro. Igual, para él, estuvo más o menos...

Peñarol no aflojó la intensidad ofensiva en el segundo tiempo. Continuó desbordando y mandando pelotas al área. Generó un gol anulado por posición adelantada, un cabezazo que pasó muy cerca y un atajadón de Etulain ahogando a Junior Arias.

Danubio no se desesperó. Quizás, si hubiese ido con todo en busca del triunfo que tanto necesitaba, se podría haber regalado atrás. Esperó al mejor momento para darle cancha a Joaquin, ese pibe que con solo 17 años querés disfrutarlo hasta en las repeticiones. Porque sabés que es crack. Y los crack en este país duran poco. Pero por ahora anda volando por Maroñas. Besando con las mismas ganas el escudo franjeado como la tabla de posiciones.

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