David Terans se transformó en gigante para nuevamente rescatar a Danubio de la derrota. Con una salvada en la línea al borde del final y un golazo pasada la hora le hizo ganar un punto frente a Rampla.
"El más sacrificado de los de arriba. Juega para el equipo. Si tiene que bajar hasta su propia área para recuperar una pelota lo hace sin problemas", así definí a David Terans en el 1x1 frente a Fénix. Pero pareció un presagio del fin de semana siguiente: contra Rampla Juniors en Jardines del Hipódromo.
Terans fue una bestia. Cuando la tiene la lleva atada y cuando Danubio sale a presionar él es siempre el primero de los defensas. Tanto es así que cuando se acercaba el final con derrota contra los picapiedras la visita no paró de generar situaciones de contragolpe. Fue el gigante David el que corrió todo el campo para terminar cerrando en la línea del arco y salvando lo que sería el 2-0.
Durante el partido lo buscó por todos lados. Lo que más le gusta es darle de tiro libre. Le pegó siempre bien. Hasta el minuto 93' Odriozola le ganó con mucho esfuerzo cada mano a mano. Llegó esa última chance. Danubio se fue en bloque al área rival. Era tentador levantar el centro buscando una de las tantas cabezas que podían aparecer. Pero el que sabe se tiene fe. Probó nuevamente y la puso bien abajo contra el palo para hacer gritar a todo Jardines. Como en su anterior partido en ese mismo Estadio: empate de atrás con golazo suyo.
En el otro extremo a tanto brillo estuvo el párrafo aparte: la cuarteta arbitral de la tarde. Erraron prácticamente en todo. El gol de Rampla llegó por un penal donde el delantero se deja caer ante un mínimo roce de Pablo Siles. Enseguida se genera un entrevero tras una infracción de Marta. El primero en reaccionar y recriminarle al zaguero danubiano es un jugador picapiedra. Luego se sumaron todos. Hubo de todo, nada grave, pero el único que la ligó fue Abdiel Arroyo al irse expulsado. Pero no les bastó con eso. Su actuación siguió oscureciéndose a la par de la tarde. Ante un tiro que Odriozola mandó al córner Claudia Umpiérrez decretó que se tiraría desde la esquina derecha en lugar de la izquierda, por donde debería haber sido. Un error amateur. El segundo tiempo se coronó con un fuera de juego cobrado por Marcelo De León que termina en un saque lateral ofensivo porque Danubio protestó y los jueces no se entendieron ni luego de tres minutos. Tenían el intercomunicador pero a esta altura te hacen dudar. No se sabe si realmente funciona o es un adorno para darle color. Porque se hablaron con mínimos gestos penosos a la distancia hasta que terminó cobrando Renzo Ramírez desde el banco por ellos.
Danubio sigue prendido entre los de arriba en el Clausura y no perdió ante un rival directo por la entrada a las copas. El fin de semana que viene será de quiebre. No solo por el nivel del rival sino porque volver a dejar puntos sería alejarse demasiado del puntero.
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