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lunes, 6 de marzo de 2017

A lo Peñarol

Danubio se asemeja al Peñarol de los últimos años. El desconcierto es total. Pablo Rodríguez utilizó 21 jugadores en cinco fechas e hizo siete cambios en la oncena previo al clásico. 



Danubio repitió la oncena titular solo una vez de un partido a otro y fue de la primera a la segunda fecha cuando enfrentó, con el mismo equipo, a Wanderers y luego a Nacional. Para el tercer partido ya introdujo cuatro cambios en los once iniciales. Contra Rampla Juniors volvió a variar y entraron desde el arranque dos nuevos: José Luis Rodríguez y Marcelo Saracchi. Pero ambos salieron otra vez para el clásico frente a Defensor Sporting. El volante no entró ni siquiera entre los convocados. Y no fueron los únicos cambios ya que de un fin de semana a otro variaron siete jugadores titulares. Entraron Peña, Malrechauffe, Nachito, Giovanni, Rodrigo Fernández, Ardaiz y Diogo, que pasó de no haber entrado ni un minuto en los cuatro partidos anteriores a jugar todo el clásico.

El entrenador utilizó en total a 21 jugadores en cinco partidos y no puso ni un minuto a Salvador Ichazo ni a Jorge Gravi. Si bien los cambios en un equipo que no consigue resultados no deberían llamar tanto la atención en este caso lo impactante es ver cómo de un partido a otro los futbolistas pasan de ser titulares a verlo desde la tribuna. Pasó con Ignacio González o Jonathan Dos Santos en el Olímpico. Volvió a pasar con Marcelo Saracchi que jugó todo el partido contra Rampla y no fue ni al banco en el clásico. Algo similar sucedió con Arroyo o Tabárez que, con el partido planteado casi de forma perfecta para que ingresen ante Nacional, no jugaron ni un minuto y al siguiente contra Fénix fueron titulares. También sucedió a la inversa. Rodrigo De Oliveira venía siendo de los futbolistas con más minutos hasta que contra Defensor lo vio desde el palco.

Esto no hace más que generar desconfianza en los jugadores. Ninguno se siente titular. No cuentan con el apoyo ni la confianza del entrenador que debería respaldar a quienes considera los mejores. Por poner un ejemplo cercano: Wanderers perdió 4-0 frente a Peñarol. Al siguiente partido el director técnico mantuvo a todo el equipo y solo le dio ingreso a quien no había podido jugar el partido pasado, Cristian Palacios. Derrotó a Racing 3-0.

No existen las fórmulas mágicas. Pero en todo plantel hay titulares y suplentes. Una de las tareas del entrenador es saber elegir los mejores y respaldarlos cuando las cosas no salen porque ni uno ni dos o tres partidos los convierten en los peores. A la prueba está que los mejores momentos de Danubio en el campeonato fueron en las primeras fechas. Cuando empezaron los volantazos lo único que se logró fue desbarrancar.

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