Danubio se despidió de este Uruguayo Especial como se lo merecía. Triunfó por 3-2 a Liverpool con dos goles del lateral Puma Rodríguez. El plantel, cuerpo técnico e hinchas se mostraron más unidos que nunca a pesar de no haber llegado al título ni a la Libertadores por diferencia de goles.
Los jugadores salieron a la cancha con una pancarta. Algo que se ha repetido a lo largo del Campeonato por conflictos o violencia. Nadie esperaba lo que tenía escrito. Fue un sincero agradecimiento de parte del grupo hacia su gente. Esa que aplaudió de pie y sin reproches una derrota por 4-1 que dejó al club sin chances de título para la última fecha. La que estuvo siempre en todas las canchas, con precios cada vez más altos y climas extremos, como la noche del clásico frente a Defensor. El cartel le dio aire al talud que, al leerlo, multiplicó su aliento instantaneamente y en esos decibeles se mantuvo durante toda la tarde.
No tener el título en juego fue como soltarle la cadena al equipo danubiano. Se liberó y nuevamente mostró un fútbol brillante. Marcelo Tabárez le restó un número a su camiseta, se vistió de diez y no paró de lanzar a sus compañeros al ataque con la precisión de sus pases. Y fue justamente él quien generó la primera de peligro al rematar con potencia desde afuera del área. Alberto Eiraldi atajó esa y el rebote desde muy cerca que derivó en Ignacio González.
El primero llegó a través de José Luis Rodríguez. Encontró una pelota en el área rival y le pegó de primera tan fuerte como las ganas que tienen los hinchas franejeados de que Leonardo Ramos se quede. Enseguida empató Liverpool. Con una pelota metida en profundidad por Nicolás De La Cruz, uno de esos jugadores que da placer ver. Habilitó de forma magnífica a Carlos Bueno que en el mano a mano definió al segundo palo.
Pero el segundo franjeado lo trajo la misma fuente que el primero, la del Puma. El lateral volvió a meterse en área rival ya casi sintiéndose un delantero con la confianza de haber marcado. Picó en diagonal para quedar solo de frente al arquero y le definió por abajo.
Parecía que Danubio seguía de largo en busca de los goles que le faltaban para viajar a la Libertadores. Es que en el segundo tiempo llegó un golazo de Emiliano Ghan que mandó un centro de tiro libre bien cerrado que Eiraldi no pudo atajar. Pero Liverpool nunca aflojó y otra vez Bueno terminó descontando a diez minutos del final para recordarle a los danubianos cómo fueron sus triunfos en el año: sufridos.
El semestre de Danubio fue tan cargado que pareció un año entero. Quizás sea por eso que da la idea que Leonardo Ramos hubiese terminado su contrato. El entrenador se fue de Jardines tan aplaudido y reclamado por los hinchas como los ídolos que la mandan a guardar en la cancha. "¡Sos una Celebrity, Leo!" y "¡No te vayas!" fueron algunos de los gritos mientras el DT se sacaba fotos y sonreía feliz por lo realizado nuevamente en otra campaña franjeada.
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