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lunes, 12 de febrero de 2018

Con viento en la camiseta

Danubio le ganó de atrás el clásico a Defensor Sporting en Jardines del Hipódromo por 2-1. La Franja aprovechó la ventosa tarde para sumar su primera victoria de esas que dan fuerzas para pelear el Campeonato. 



Hacía casi cuatro años que Danubio no le ganaba a Defensor. En 2014 fue la última vez. También ocurró en Jardines, de atrás y otra vez 2-1. Desde ese momento pasaron seis juegos oficiales más otro por la Copa de Campeones Uruguayos. Terminaron con cinco victorias Violetas y dos empates. La racha era aún peor si se tomaban en cuenta también los partidos ante los grandes. Había que remontarse al noveno partido ante cualquiera de estos tres equipos para encontrar, allá por 2016, un triunfo ante Peñarol por 3-2.  

A la gente danubiana poco le importó sacar números y lo que sí sacaron fueron entradas para colmar sus dos tribunas a la espera de cortar con las rachas. Pablo Peirano hizo lo que ningún otro entrenador hacía desde Leonardo Ramos. Mantuvo una oncena de un partido a otro a pesar de no haber conseguido el triunfo ni mucho menos un buen rendimiento. Es que venía de empatar con Progreso dejando muchas dudas. Pero este domingo pareció que los once jugadores fueron otros.  

Defensor se puso en ventaja a los 5' del primer tiempo tras un centro de Facundo Castro que German Rivero cabeceó de forma estupenda. La colocó en globito y contra el palo. Federico Cristóforo no pudo ni reaccionar. Pero el local no se desesperó ni con el viento en contra de esa primera mitad. Mostró en David Terans, Prieto y Ceppelini un trío fantástico en el armado de las jugadas y empezó a llegar por abajo. El buen juego se solventó gracias a Ribair Rodríguez. Fue impasable en el medio. Para volver a ver el partido hay que sacárselo del bolsillo al mediocampista danubiano porque se lo adueñó por completo.  
El empate llegó antes del final del primer tiempo. Ignacio González, el mismo que había comenzado también la remontada en ese partido de 2014 con un golazo, se metió en profundidad por el medio del área. Le enganchó de taco al Coto Correa para sacárselo de encima y definir abajo contra un palo. Estaba claro que a ninguno le servía el empate. Defensor porque aprendió la lección del año pasado donde al querer cerrar la Anual le pasaron factura algunos puntos perdidos. Danubio porque ya había empatado y para poder cambiar de una vez el ánimo de su barriada.  

Los dos metieron y fueron al frente en el segundo tiempo. Pero las de peligro las tuvo el local. Guillermo Reyes le contuvo un tiro a Ceppelini, otro a Federico Rodríguez hasta que llegó el penal. Christian Ferreyra cobró infracción del propio arquero sobre Sergio Felipe y desde ese momento la pelota tuvo un dueño. Terans no iba a dejar ese remate ni bajo amenaza de muerte. Le pegó a colocar y Reyes se tiró al otro costado.  

A falta de 20' para el final Defensor se fue arriba con mucho empuje. Sumó hombres de ofensiva como WatermanBoselli o Facundo Milan pero tuvo que repetirse en centros sin demasiado peligro. Es que Danubio se cerró con todos menos Federico Rodríguez y Grossmüller. Estos dos fueron los encargados de aguantarla y terminaron desperdiciando no menos de dos contragolpes de mano a mano.   

El grito del final del partido fue aún más ruidoso que el de los goles en Jardines. Ganarle a Defensor y en un partido tan apretado significaba mucho para Danubio. Pasaron tres técnicos desde que se fue Leonardo Ramos de la institución. Peirano fue el único que pudo conseguir un triunfo ante un rival directo. La ilusión en los hinchas y el vestuario luego del encuentro connotaban una sola cosa, la franja quiere volver a la pelea por el título.  

Arnel Dalmedo - Crónica publicada en La Diaria el 12/02/2018

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